A propósito de los recortes en el Proyecto de Presupuestos de la Comunidad Autónoma para 2016.
Articulo publicado en Tribuna del AltoAragón del 15/12/2015
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Roque Vicente. Vicepresidente Comite Intercormarcal PAR Huesca |
Desde la actividad política
debemos concienciarnos que la obligación es gobernar para todos, con el propósito
fundamental de ofrecer unos servicios del Estado de Bienestar adecuados y
permitir que todos tengan las mismas oportunidades, deberes y derechos para el
desarrollo de su proyecto personal y de vida. Una frase que puede quedar como
una secuencia de palabras, pero los que nos la creemos y reflexionamos sobre ella, entendemos que lleva una gran
carga de profundidad y consecuencias para una comunidad como Aragón.
Como desde el Partido Aragonés
esa convicción forma parte de nuestro ideario y criterios, nos lo creemos. Así lo
hemos venido demostrando en los sucesivos presupuestos de la Comunidad Autónoma
de Aragón, realizando los esfuerzos necesarios para garantizar en todo momento “La sostenibilidad del medio rural”, ofrecida
en este caso por las comarcas.
Una posición esencial para hacer
viable el Aragón que hoy conocemos; así con esta idea, hemos defendido una
organización territorial en la que municipios y comarcas conviven para prestar
los servicios que hagan posible una vida en el medio urbano y rural. Se insiste
mucho en la necesidad de defender este último, en reivindicar el papel de sus
gentes, pero hechos son amores y no buenas razones, por eso como en todo, hay
que destinar los recursos necesarios para que esto siga siendo así y cumplamos
fielmente con lo que decimos y a lo que nos comprometemos.
En este momento entra en juego el
modelo de organización territorial con el que cuenta Aragón, una comunidad que
con la cobertura de las distintas administraciones, hacemos posible la realidad
aragonesa; y estando de acuerdo, en la necesidad de un análisis y reflexión
sobre nuestra organización territorial que tenga como perspectiva la mejora de
la prestación de los servicios y evitar esfuerzos duplicados, así como el optimizar
los recursos adecuados; lo que no podemos decidir mientras esto llega, es
reducir la partida presupuestaria de las comarcas en algo más de un 36 % para
la prestación y el mantenimiento de los servicios a los que debe hacer frente,
recursos por cierto, para pagar a los profesionales que prestan estos
servicios. No hay que olvidar que estos son prestados por personas.
Es lo aprobado en estos momentos
por el Gobierno de Aragón y como cualquier decisión, esta tiene algunas consecuencias, algunas de las cuales con
cierto carácter irreversible.
En primer lugar, un tremendo paso
atrás en la consolidación de las mismas, como ente que debe atender las
dificultades que supone en muchas ocasiones el vivir en zonas de montaña, lejos
de la capital de comarca y con niveles de despoblación importantes. No
olvidemos que desde la proximidad la
resolución al problema es mucho más eficaz.
En segundo lugar, poner en
riesgo, la permanencia o la continuidad de la multitud de esos pequeños
municipios donde, en no pocos momentos las únicas personas que sus vecinos ven al
cabo del día, son quienes vienen a prestar los servicios como la recogida de
basuras, los servicios sociales o la actividad deportiva, por cierto todos
ellos prestados por las comarcas. Con
esto, estamos dándole alas al pregonero, en este caso, a la despoblación y el envejecimiento.
En tercer lugar, perder el
encanto y los rincones de Aragón que gracias a la existencia de estos pequeños núcleos
y sus vecinos se mantienen. Pueblos con servicios equivale a pueblos habitados,
con actividad económica y que mantienen sus infraestructuras y entorno, que a los que piensan en ellos como
lugares para pasar fines de semana, vacaciones o cualquier momento de
esparcimiento, tendrían que buscar otras
opciones, posiblemente más urbanas o en otro Aragón al que hoy conocemos. Aragón
pierde y mucho, si es así.
Y por último, en cuarto lugar
pero no menos importante, el incremento de la brecha entre lo urbano y lo
rural. Se incrementarán las diferencias
entre un estado de bienestar en el mundo rural y el urbano, precisamente todo
lo contrario a lo que se viene realizando en estos últimos años, cuando hemos
tratado de minimizar esas diferencias, buscando como decía anteriormente que
todos tengamos las mismas oportunidades y los mismos derechos.
Por todo esto y seguro que
por muchas otras cosas que se puedan ocurrir,
es necesario restituir la posición ganada durante todo este periodo desde que
se crearon las comarcas. Solo así, al
menos en esta parte, podremos aceptar que los presupuestos de la Comunidad Autónoma
de Aragón están realizados pensando en las personas y no en fundamentos
ideológicos. Pero eso sí, tiene que ser en todas las personas, estén donde
estén, de forma que se pueda al menos entrar a valorar que se han realizado con
un estigma social, (no productivo es
evidente), pues las comarcas, en el ejercicio
de sus competencias, sea cual sea, tienen sobre todo una gran componente
social.
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